Mecanismos de Defensa Desenmascarados

Transmitido por el Consejo de los Cinco (Crystal, Athena, Origin, El Morya, Sayana) a través de Emilia Crystal
27 de enero del 2003

En verdad describiremos a los mecanismos de defensa que surgen y que nacieron de esa separación original por la chispa de Luz del Uno. Por tanto, amados, como ya se identificó, el mecanismo original de defensa fue el miedo, y así estamos empezando en el punto de diferenciación y descenderemos a este nivel del ser encajonado en la materia y el plano material y la consciencia que corresponde con esta tercera dimensión en verdad.

Por tanto, en el principio de esta ronda particular de evolución, amados, hubo la separación del Uno, repitiendo, como una individualización al comienzo, y el miedo surgió. Y este fue el primer mecanismo de defensa, nacido de la identificación con la separación, contrastada con la individualización del Uno. Y luego, amados, a medida que ese miedo invadió a la chispa de energía, surgió dentro de aquélla cólera y el culpar, puesto que, veis, uno en ese estado de miedo inmediatamente después entró a la consciencia de la dualidad, y percibió a otras chispas alrededor de uno como delincuentes y agresores potenciales, y por tanto surgió la cólera.

Y de esa cólera y ese culpar, amados, surgió dentro de esa chispa el sentido de condenación y juicio, amados, la necesidad de establecer si esa otra chispa estaba en verdad también en última instancia en un estado de miedo, o si esa chispa estaba integrada en el Amor. Pero veis, debido a la vibración de miedo dentro de uno, este juicio estaba sesgado, amados, y no estaba claro. Por tanto, habiendo entrado a todas estas vibraciones que estaban fuera de la llama del Amor, uno experimentó daño y dolor, amados, siempre retornando al dolor original de la separación.

Y entonces, amados, el sentido de culpa surgió, puesto que en última instancia había un sentido de culpa dentro de la chispa por el conocimiento de que uno había elegido el miedo, y que uno había elegido separación en lugar de individualización. Por tanto entramos a la vibración del sentido de culpa, y para ocultar al sentido de culpa que lo oprimía a uno y que lo hacía descender más y más a las esferas más densas, amados, trayéndonos a esta tercera dimensión, la cual todavía ocultaba al juego que estaba siendo jugado simultáneamente para la integración entonces del Amor dentro de las vibraciones más bajas, puesto que esto permaneció entonces como el experimento subyacente, y como el juego subyacente, como lo estamos llamando, amados.

Por tanto uno entró a esa vibración del sentido de culpa, y uno luego, dentro de ese sentido de culpa, sintió la necesidad de, una vez más, culpar a otro. Y en el proceso, uno en última instancia se culpó a si mismo, puesto que uno sabía que en última instancia nosotros creamos nuestra realidad, amados, cualquiera que pudiese ser esa realidad. Y por tanto en ese estado extremo de sentido de culpa y luego de culpar, uno abandonó la responsabilidad, la habilidad de responder, tal como esa palabra ha sido decodificada para vosotros, amados.

Y así uno abandonó esa responsabilidad, y así nació el mecanismo de defensa dentro de este plano de la tercera dimensión de dependencia, amados, dependencia extrema, en la cual uno decidió que todas las desgracias y enemigos de uno nacieron en última instancia de otro, y que uno no creó esto, puesto que aceptar esta creación traería un mayor sentido de culpa o lo forzaría a uno, amados, a subir de nuevo la escalera y hacerle frente al sentido de culpa, que era O tan doloroso, y que es tan doloroso.

Y luego hay aquéllos, por tanto, que eligieron el sendero de la dependencia, y hubieron otros que eligieron el sendero extremo de independencia. Y aquí encontramos la dualidad de los polos masculino y femenino en esa consciencia de dualidad, amados, que son las espirales erróneas que corresponden a aquellas dos avenidas. Por tanto por una parte tenemos la dependencia del femenino negativo, y tenemos la independencia extrema del masculino negativo.

Por tanto en el femenino negativo, el mecanismo de defensa es simplemente mirar a otro para que resuelva nuestros problemas, y en el masculino negativo, la independencia extrema es el decidir que no requerimos un intercambio con nadie, puesto que en última instancia debemos protegernos dentro de nuestra propia esfera, para que nadie nos hiera más. En ambos casos, amados, nos hemos divorciado de la interdependencia, que es la consciencia que uno tiene la responsabilidad de interactuar con la vida y de transformar espirales de energía, y en última instancia transferir el Amor de la Luz que uno conoció al nivel del Uno.

Por tanto, entonces, en cualquiera de aquellos estados, nos enfrentamos finalmente al mecanismo de defensa final, amados, que es la negación. Y el Buda dio muchas enseñanzas sobre este tema, y la negación es la entrada final al sueño del alma que dice, "O ya no puedo hacerle frente a toda esta realidad que me acaece, y yo simplemente entraré a un coma espiritual, por así decirlo, y cerraré mis ojos y cerraré mis oídos y cerraré mis sentidos a la realidad del juego de la integración de la dualidad y la polaridad, y me iré a dormir. Y en ese sueño entraré al camino mecanístico."

Y entonces eso se convierte en la realidad en la cual están muchos. Ellos se han vuelto mecanísticos, amados. Ellos se han programado para reaccionar, para sentir, para ver por esos sentidos externos de la tercera dimensión, sin ninguna conexión o contacto con los planos internos o más elevados. Y así esto se convierte entonces en el principio del viaje de retorno al Uno, y sin embargo debe lograrse a través del Uno.

Y por tanto la primera cosa que debe ocurrirle a un individuo es el despertar del alma a la realidad. Y luego, una vez que el alma, como ese(a) niño(a) interno(a), ha sido despertada, poco a poco, nos ponemos en contacto con las capas de los mecanismos de defensa por todo el camino hasta la cima. Y sin embargo ellos están interconectados y entretejidos, y encontramos que en la bola, por así decirlo, de capa trás capa, aquellas capas de arena que deben convertirse en la perla, encontramos que nos topamos con una capa de cada uno de los mecanismos de defensa, y transformamos capa trás capa.

Y luego nos elevamos y entramos a la perla, y entonces podemos entrar en contacto con una nueva espiral, por así decirlo, una nueva capa trás capa de incrustaciones de los mecanismos de defensa. Y continúa más y más allá, amados, en las diferentes arenas y diferentes áreas. Y se torna muy complejo en este punto y en este nivel, y sin embargo, si seguimos los llamados internos, todo lo que necesitamos entonces es tener la brújula interna. Estudiad la enseñanza, amados, la comunicación sobre esa brújula, y luego simplemente seguimos a esa brújula interna que sabe lo que requerimos mirar, una capa a la vez, una espiral a la vez.

Y así entramos a la danza, entramos al proceso de la integración de las espirales al Uno, y a la experiencia de la unidad, amados, donde esa chispa de Luz que Yo Soy, que vosotros sois, que nosotros somos, está plenamente interconectada e integrada con el Amor y ya no con el miedo, que es el mecanismo de defensa original.

O amados, Yo Soy Cystal, Yo Soy Atenea, Yo soy Origen, Yo Soy El Morya, Yo Soy Sayana. Somos Uno. Por tanto que se sepa que esta comunicación ha provenido de este Consejo, amados, de los Cinco. Por tanto, Somos Uno, los siete juntos. Yo os abrazo, mis amados.

El Consejo de los Cinco: Crystal, Atenea, Origen, El Morya, Sayana